viernes, 29 de junio de 2012

Verano, Verano...

"Cortes", bombones y polos de "La Orensana" en las Palmeras al lado de la terraza del Blanco y Negro para saciar el tórrido verano. Foto: Rafa/Museo de Pontevedra.
La "entrega" de las notas marcaban el inicio del verano en el barrio. Algunos no teníamos pueblo a donde ir ni aldea que visitar y ahí nos quedábamos todos los días jugando en aquel viejo puente del final de la Rúa Nova, encima de la aún trinchera del ferrocarril a su paso por el Paseo de Colón hacia el puente de hierro de La Barca. Hacía un par de años que ya no pasaba ningún convoy y se había convertido en un basurero, ahí crecían todo tipo de plantas sobre todo plumachos y anís, también dábamos buena cuenta de la fruta que las "silvas" nos ofrecían, las moras. También estaba la huerta de Lucrecia que era nuestro cuártel general de operaciones, hoy ocupado por el edificio de Pedrosa donde estuvo la "Cafetería Colón".  Todo el día en la calle jugando hasta que anochecía, los chavales de entónces, los hermanos Lorenzo, Francis, Jose Manuel y Miguel, los hermanos Couto, José Antonio y Manolo, "nené" Sanmartín, Monchiño Pintos, Tony el hijo de Rogelio el sastre y con los "acoplaos" del verano, Alfonso que estaba todo el año en Santiago y Fernando en Madrid, eramos la pandilla de niños de la calle que hacíamos lo que se hacía entonces "ir a la fruta". Nos pasábamos todo el verano "robando" ciruelas, nísperos, cerezas, manzanas, "pesigos" y ya al final uvas. La huerta de "Ruza" en A Caeira y las fincas de al lado de la fuente del "Vaquero" en A Barca y los alrededores del Sanatorio de La Merced eran producto de nuestros "asaltos" y las "parras" de Campañó y Campelo eran donde "probábamos" las uvas. Más de una vez nos tenemos llevado algún susto cuando nos "pillaban" y nos soltaban a los perros.

Playa de Lourido en 1962. Foto: Rafa/Museo de Pontevedra.
Los Domingos eran día de playa con la familia. Lourido con su viaje en motora desde el puerto de Pontevedra era a la que íbamos a mediados de los sesenta y aunque eramos pequeños allí pasábamos el día en aquella playa llena de conchas. El viaje de vuelta, después de cruzar el paso a nivel de San Roque y ya camino de casa era obligado parar en la heladería de los Ojea "La Ibense" para disfrutar de sus helados o comprárselos a los de la Orensana en alguno de sus carritos ambulantes que había por la ciudad. Ya a finales de la década de los sesenta cogíamos el trole hasta Marín para ir a las playas de Portocelo o Mogor, aunque recuerdo que "La Unión" los domingos tenía servicio de playas. Allí cargábamos con las bolsas, sillas, flotadores y colchon hinchable hasta los arenales de Marín para pasar un día de "comida". Eramos los niños de la "digestión", había que guardar siempre dos horas, antes de bañarse, después de comer y nos poníamos "coloraos" como tomates ya que no había cremas para el sol y pelábamos a los cuatro días, en los chiringuitos de la playa sólo pedías la bebida ya que la tortillas o el pollo lo llevabas de casa. Los bañadores, por supuesto dos o tres, porque no secaban nunca.
Después llegaban la Romería de San Benitiño, para por la mañana pasar debajo del Santo y traernos el aceite que curaba las verrugas, y después acercarnos hasta uno de los salones del Lérez para disfrutar en familia de la "sardinada" y empanadas o un paseo en barca. El 25 de julio las fiestas del Burgo, las de Santiaguiño, y ya en agosto los 15 días de las "Peregrinas" para acabar llegando septiembre y vuelta a la rutina del colegio.

En el video de arriba, composición de fotografías de cuando iba con mi familia a la playa de Lourido, Portocelo, Mogor y Lapamán en los años sesenta y comienzo de los setenta. En ellas junto a mis hermanos están mis tíos Luis, peluquero, toda su vida en "Peluquería París" en la calle San Antoniño, su mujer Marina, mis primas Marián y Lis, y también solían pasar con nosotros todos los veranos una amiga de la familia que eran de Valladolid, Arurora y su padres.

1 comentario:

  1. Valero....¡Eres un CRAK! No hace falta soñar con las playas de California ni sus "vigilantes".Aquí lo tuvimos todo.Seguir teniéndolo (y recuperarlo),sólo depende de nosotros.¡VIVA LA VIDA,COÑO!

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