jueves, 28 de agosto de 2014

"El sueño americano de John Balan", 1983.

El programa "Vivir cada día" de Radio Televisión Española emitió en abril de 1983 el documento "El sueño americano de John Balan", dirigido por Ángel Peláez con apoyo de los cámaras José Delgado y Manolo Yáñez y Andrés Cana, Óscar Danés en sonido e Iván Aledo como montador. La banda sonora y el tema "La balada de John Balan" fue compuesta por Luis "Queimada". En el docudrama, después de contarse la historia y la vida entonces de John Balan en Pontevedra y Seixo, Angel Peláez consiguió cumplir el sueño de toda la vida del marinense que era conocer América. Durante semana y media se rodaron secuencias en Nueva York en la Quinta Avenida, Broadway, Central Park, el mítico, por entonces local de country Lone Star, donde John se atrevió a subir al escenario, un increíble y surrealista paseo en helicóptero sobre Manhattan y la Estatua de la Libertad etc.



En Washington nuestro cowboy, después de visitar el Capitolio y el cementerio de Arlington intento sin éxito ser recibido en la Casablanca por Ronald Reagan. El viaje para Balan, según contó al volver Angel Peláez, fue agridulce: "disfruto enormemente durante todo el rodaje pero cuando se acercaba el momento de regresar a Pontevedra me dijo que él se quedaba allí, que se estaba dado cuenta de que había desperdiciado su vida como artista en Galicia y que Nueva York “era la autentica patria de John Balan”. Tuve que poner en marcha todas mis dotes de persuasión para convencerlo de que tenía volverse con nosotros. Creo que a la vuelta de América John ya no fue nunca el mismo y siempre me quedará la duda de si realmente fue una buena idea el haberlo llevado a América porque, sabido es que la mayoría de las veces los sueños cuando se hacen realidad dejan de ser sueños".
Sus últimos años los pasó por culpa de una enfermedad en el Asilo de Ancianos de Pontevedra y en 2008, desgraciadamente, nos dejó este "gran comedor de fanecas". Gracias a Manolito Yáñez, como siempre, por cedernos esta obra maestra.

jueves, 14 de agosto de 2014

"La gran truchada", Sabino Torres.

Sabino Torres, Pontevedra, 1924, da Rúa Nova de Abaixo, membro da Real Academia Galega. Iniciou a su andaina periodística en Pontevedra no 1943 con Emilio Canda e Celso Emilio Ferreiro. En 1949, coa colaboración de Manuel Cuña Novás e Emilio Álvarez Negreira editou a colección poética Benito Soto, do que foi o seu primer director Celso Emilio Ferreiro. En 1992 fundou xunto a Álvarez Negreira a colección poética Hipocampo. Tamén é fundador, xunto con outros pontevedreses, do semanario "Litoral", ademáis de escritor tamén foi impresor no seu taller da pontevedresa Rúa de Don Filiberto "Gráficas Torres".
A cortometraxe, “La gran truchada”, rodada en 1959, en branco e negro é totalmente muda e intenta emular as antigas películas dos anos vinte, onde a expresividade e o humor son os principáis ingredentes. Reflexa a un xoven Sabino na súa cidade natal, cun grupo de amigos aos que lles conta as suas experiencias coa pesca con imaxinación e inxenio.
So queda darlle as grazas a Manolo Yáñez por permitirnos disfrutar desta verdadera xoia rodada fai más de 50 anos.



domingo, 3 de agosto de 2014

Calzados Isidoro.

Las "verduleras" en sus puesto de la plaza. A la derecha, haciendo esquina, la Cerería de Paz.
Isidoro en la furgoneta de la tienda
Vivíamos en la calle San Sebastián, en una casa enfrente de lo que es hoy el Bar Alejos y que desde hace muchos años ocupa una Sastrería. En ese bajo, humilde, vívía con mis abuelos, mi madre, mi tía Marisa y mis hermanos. Soy de la generación que inauguramos la Enseñanza General Básica, la EGB de toda la vida. Mi colegio era el de Don Manolo Abalo, la Academia Cervantes que estaba en la Plaza de Méndez Núñez. Allí rivalizaba con el colegio vecino, el de Buela, recuerdo el "pique" que había entre las clases que daban a la plaza para ver quien "cantaba" más alto la tabla de multiplicar. Los primeros años tenías que acudir al colegio hasta los sábados. Había clases toda la semana mañana y tarde y el último día, aunque era de 10 a 12, había que asistir. Éste día era siempre mercado en la Plaza de la Verdura y los vendedores ambulantes llegaban temprano a la plaza para ocupar sus puestos. A la salida del "cole" recorrer el trayecto desde la tienda de Juanito en la cuesta del Mercado y la Cerería de Paz, haciendo esquina con la Verdura, era bastante complicado, mucha gente se arremolinaba alrededor de los vendedores  ambulantes, donde los "charlatanes" intentaban venderte la excelencia de sus productos, el mejor el de las "espumaderas" que siempre acababa haciendo rosquillas y ofreciéndoselas a sus clientes. Ya en plena Plaza las "verduleras" y "meloneros" se mezclaban con la actividad económica de la plaza, allí Frutas Rosales, la carnicería de Digna, las lanas de Carmiña, la ya mencionada Cerería de Paz, la Cestería de Ramón, la "Mueblería" de Manolo y la de Calzados Isidoro.

Isidoro junto a su mujer Fidela
Fidela y su hija Pili, en la actualidad delante del
negocio que fundara Isidoro a finales de los
cincuenta.
Cincuenta años despúes todo aquel maremagnun de gente que se acercaban todos los sábados para comprar han sido sustituídos por mesas y sillas de los locales que ahora hay y la actividad comercial se ha visto reducida a tan solo dos comercios que han logrado sobrevivir, Frutas Rosales y Calzados Isidoro. De Rosales siempre me acuerdo cuando dejaban aparcados los camiones llenos de mercancías en la calle Sarmiento y de vez encuando se "nos iba" la mano hacía alguna fruta y a Isidoro, siempre lo recuerdo porque entonces sus hijos formaban parte de la rapazada de la Verdura. Isidoro Martínez que estaba casado con Fidela y que además de vender calzado formaba parte de la Orquesta Montes. Alli en los soportales, a la derecha según se bajaba de San Román por el lado de la tienda de Carlota, tenían el negocio y su DKV. Muchas veces íbamos con él a tirar todas las cajas vacías a la escombrera que había en Monteporreiro y, otras, nos llevaba a casi toda la plaza hasta Lourido para disfrutar de una tarde de playa. Toda una aventura ir en la vieja furgoneta de Isidoro que siempre tenía aparcada delante de su negocio en la Plaza de la Verdura.

Isidoro, a la batería, además de vendedor de calzado, tocaba con la Orquesta Montes. En la imagen "amenizando" la boda de su hijo con el Grupo California, a la izquierda Fredy, de los Black Stones hoy. Detrás de Isidoro, Jorge.
Junto al árbol, la vieja DKV de Isidoro.
Sus hijos Jose, Pili, Fidela e Isidoro conformaban los compañeros de juegos de entonces en la Plaza y junto con Javier Carballeda, Fernando Papiri, Jose y su hermana Ana, "El Secre", Carliños, Joselito, José Ramón, los Simal y sus primos los Coromoto nos pasábamos tardes y tardes jugando delante del "porche" que había entre la que fuera Casa de la Luz (entonces de las aguas) y la fuente de hierro. Alli el Brilé, el Pañuelo, el Peletre, el trompo, las bolas o el "quedas" formaban parte de nuestra niñez aunque, los chavales teníamos otro tipo de aventura también, como ir con los mayores a pillar sardinas a la Plaza del Mercado y luego, tras atravesar el puente de hierro del tren, ir a asarlas a la "pica" de la Caeira.

Hace poco se creó un grupo de Facebook que respira Pontevedra por todos lados, "No eres de Pontevedra si..." y donde me he reencontrado con gente que fue de la Plaza de la Verdura y que hacía más de cuarenta años que no hablabla con ellos, pero lo curioso es que me he encontrado con los nietos de Isidoro y he vuelto a revivir lo que fuera la "calle"de mi niñez. Claro que siempre me quedará mi amigo del alma Javier Carballeda pero es que las batallitas que nos contamos a pie de Ferrería sobre nuestra plaza han dado paso a "falar" de nuestros nietos.. y, es que somos abuelos.

martes, 1 de julio de 2014

De paseo por la Pontevedra de principios del siglo XX.

Folleto publicitario editado en los primeros años del siglo XX donde a través de sus sus textos y fotografías podemos ver como era nuestra Pontevedra y su provincia entonces:

PDF: www.vellapontevedra.com/archivos/sigloXX.pdf

Una de las fotografías del folleto, la Avenida de Santa María entonces.

viernes, 20 de junio de 2014

Procesión del Corpus. 1959.

Me consta que hay gente que asi como están intentando realzar, si cabe aún más, la Semana Santa pontevedresa, otro tanto intentarían hacer con nuestra procesión del Corpus. Triste de ver es como cada año que pasa se nos muere poco a poco, no se si es por falta de interés, o dejadez por parte de los organizadores, pero una procesión con tanta tradición en nuestra ciudad desde hace décadas no debería perderse. Este año ni alfombras. En el video de 6 minutos que nos cede el Archivo Gráfico de la Diputación podemos ver lo que era la procesión del Corpus en 1959 y los miles y miles de pontevedreses que participaban en ella. Eran otros tiempos, si; pero, ahora, ver "bailar" a San Miguel por los hermanos Urrabieta vale la pena. La película no tiene sonido pero es una auténtica joya.

sábado, 14 de junio de 2014

Pechecho.

Eulogio Vázquez dirixindo unhas verbas a Pechecho o día do seu homenaxe.
Coñecin a Raimundo Piñeiro xa fai máis de coarenta anos, cando sendo rapaz, uns dos meus soños era xogar no Pontevedra. Claro que, daquela, entrar a formar parte da base do clube granate era bastante complicado e era facer probas e probas tódolos sábados na Xunqueira. Había deixado o equipo do "noso" barrio ao que chamábamos o "Chelsi" para achegarme ata a Sastrería do Burgo entre o negocio de Tilve e a capela de Santiaguiño, ali estaba Raimundo Piñeiro coñecido popularmente como Pechecho, aquel home pequeno e de ese falar tan característico ao que me dirixin para decirlle que quería "fichar" polo Lérez. Esa foi a primera vez que falei co que foi durante moitos anos Presidente do clube do Burgo a pesar de que o meu intento por fichar polo equipo lerezano foi fallido. Logo coincidiríamos moitos veces nos partidos de rivalidade local cando xa formaba parte da base do Pontevedra CF.

Pechecho, xa fai anos retirado do mundillo do fútbol, formaba parte de ese tipo de xente que, desinteresadamente, robabálle tempo ao seu traballo para adicarlle ao seu club, o Lérez, e sen colgarse medaias. Grazas a Jose "Mazinguer" e Marra recuperamos o video homenaxe no que o Clube Deportivo Lérez impúxolle a medalla de ouro da entidade ao o que fora o seu presidente durante tres décadas. Ali como recoñecemento estivo representa toda a xente do fútbol pontevedrés de sempre. E para min é moi emotivo volver a ver persoas que xa non están con nós como Monchiño, o que fora zapateiro do Pontevedra ou Piñeiro o conductor do microbús que nos levaba por esas carreteras adiante cando formábamos parte da base granate.

miércoles, 4 de junio de 2014

O "Hai que Roelo" no Bernabéu en 1968.

Apenas teño imaxes de ver xogado ao Pontevedra en Pasarón na época do "hai que roelo" somentes algún recordo de ir da mán de Antonio Villamarín, o carpintero da rúa San Sebastián, e ver os miles e miles de siareiros que ata o Estadio do Burgo se achegaban. Tamén, non sei porqué, teño unha alineación metida na cabeza desde neno: Cobo, Irulegui, Batalla, Cholo, Calleja, Vallejo, Antonio, Martín Esperanza, Roldán, Neme e Odriozola, que podo decir de corrido hoxe en día sen equivocarme. Agora que estos días anda o Pontevedra xogando a "Fase de Ascenso" e intentando sair do pozo da Terceira División recuperamos esta xoia histórica do partido de liga xogado no Estadio Santiago Bernabéu en 1968 e que foi televisado para toda España por RTVE con os comentarios de Miguel Ors. Polo equipo branco xogaron: Betancort; Calpe, De Felipe, Sanchís; José Luis, Zoco; Miguel Pérez, Amancio, Grosso, Velázquez, e Gento e polo Pontevedra: Cobo, Irulegui, Batalla, Cholo, Calleja, Suso, Fuertes, Antonio, Barros, Riveros e Odriozola. O resultado foi de 2-2 non está completo pero hai 60 minutos para disfrutar.

jueves, 8 de mayo de 2014

Dimas, el último heladero de La Herrería.

La caseta de helados de Dimas no volverá a formar parte del entorno de la Herrería. (Foto: Pontevedra, o día que perdemos o mar". Años 80).
Dimas con Pedro Herrera, que además de
vender barquillos, golosinas y castañas también
hacía de fotógrafo. A la derecha un empleado de
"La Ibe".
Forma parte de mis recuerdos. Dimas y el carrito de helados de "La Orensana" en verano, en Las Palmeras. Junto a Pedro Herrera, el barquillero, el "Matagusanos" y los fotógrafos minuteros son la estampa que conforman mi niñez. Ya no será lo mismo, el último de los heladeros de la Pontevedra ya no lo veremos más en la caseta que todos los años antes se colocaba en la entrada de la histórica Plaza de la Herrería. Y es que Dimas, el heladero de "La Orensana" ha decidido que ya es hora de descansar. Más de cuarenta años ininterrumpidamente acudía a la cita de todos los veranos con los pontevedreses en su puesto de venta de helados que ellos mismos hacían en la vivienda familiar de San Telmo.


En su puesto de Las Palmeras, delante de VillaPilar y el Instituto.
Oriundo de Ourense, Dimas llegó a Pontevedra en el "colo" de sus padres y junto a sus hermanos en 1925. Eran años difíciles y la venta ambulante de helados era lo que permitía sacar a la familia adelante: "En mi casa todos trabajábamos haciendos helados y galletas para que mi padre saliera por las calles y plazas de Pontevedra con el carrito. Se compraban los productos en el mercado viejo y las barras de hielo nos las traía una carreta tirada con una mula desde la lonja de Marín y que guardábamos en arcones de corcho. La sal nos la suministraba "Almacenes Carrascal" en la Moureira y ese binomio de hielo y sal hacía que el frio aguantara desde por la mañana hasta por la noche". 
A partir de la década de los cuarenta, Dimas y su hermano Ricardo tuvieron que echarle una mano a su padre en el negocio ambulante y llegaron a tener cuatro carritos de helados: "Entonces había en Pontevedra sólo dos heladerías, la de los Ojea, "La Ibense" y nosotros, "La Orensana", y se nos podía ver, además de por las calles de la ciudad, por todas las fiestas de los alrededores, en Poio, en Marín, en Lérez y hasta en Sanxenxo donde teníamos que salir muy temprano ya que íbamos andando".  Dimas alternaba "su puesto" de trabajo con el de su hermano y muchas veces le podíamos ver con el carrito en la entrada de la Herrería, esa Plaza tan llena de personajes como el citado Pedro, el castañero, Gelucho, María la del carrillo o Luis el limpiabotas y muchas veces se daba la circunstancia de poder ver a los dos hermanos con sus carritos y las máquinas de los castañeros bien entrado el otoño.


En épocas de mucho "chollo" se podía ver a los dos hermanos, Dimas y Ricardo vendiendo en Las Palmeras, junto a la terraza del Blanco y Negro. En primer plano y con un helado en la mano, Severino.
Con su "flamante" Siata adaptada delante de la Piscina del Estadio de la Juventud.
No había ningún reglamento que regulara bien la venta ambulante de helados, pero eso si, como bien dice Dimas: "Teníamos que ir de camisa y bien arreglados. Una vez un municipal me llamó la atención porque llevaba un botón desabrochado". A finales de los años sesenta se prohíbía definitivamente la venta de helados ambulante y fue cuando "Reyes Hermanos" llegó a un acuerdo con el y se montó la primera caseta de helados en la Herrería nada más comenzar los setenta donde, además de vender "sus" helados, también ponía a la venta los "apolos", "sandwiches",  polos de limón y naranja y demás productos de Avidesa, "Eso sí, me tuve que hacer con una "Siata" adaptada con un frigorífico porque no iba a dejar de vender helados en la calle", dice Dimas y continúa: "Me costó 165.000 pesetas (Mil euros) y acabé de pagarla en cinco meses" "Con ella me iba todo el verano a vender delante de la puerta de la piscina pública del Estadio de la Juventud". Más adelante la caseta dejó de llamarse Avidesa y pasó a vender helados de Camy para definitivamente hasta la actualidad dar paso a los productos de Nestlé.


Dimas, el último heladero de la Herrería.
Más de cuarenta años lleva Dimas con su caseta en la Plaza de la Herrería y más de sesenta que se inició con su familia en el negocio de los helados en Pontevedra. Muchas, pero que muchas generaciones hemos comprado helados de "La Orensana" y, desgraciadamente, todo tiene su fin. He tenido la suerte muchas veces de charlar con el y sumergirnos en la nostalgia de nuestros recuerdos, de nuestra Pontevedra, pero como bien dice Dimas a sus 89 años le ha llegado el momento de descansar. Se lo merece y desde aqui mi más humilde homenaje a este buen hombre que forma parte de la verdadera historia de Pontevedra, la de nuestras gentes.

domingo, 27 de abril de 2014

Viático 2014.

Un año más, organizado por el Gremio de Mareantes, y escoltado por caballeros alumnos de la Escuela Naval Militar de Marín, salió de la Basílica la Santa Custodia con Jesús Sacramentado para llevar la comunión a los enfermos de la parroquia de Santa María. Bonita procesión acompañada de vecinos por nuestro barrio que acabó recogiéndose con la "Salve Marinera" en la Capilla de San Roque.

miércoles, 23 de abril de 2014

El domingo, el Viático.

El "Viático" acompañado por los fieles a su paso por el Campo de La Torre.
Organizado por el Gremio de Mareantes desde el siglo XV, el domingo saldrá el Viático desde la Basílica de Santa María, para llevar la Sagrada Comunión a los enfermos, hasta su recogimiento en la Capilla de San Roque y tras oir la "Salve Marinera" interpretada por la Banda de Música de la Escuela Naval de Marín. Mucha nostalgia está procesión para mi y que sigo año tras año desde que era niño y oía entrar por la ventana de mi casa el murmullo de los vecinos hasta altas horas de la madrugada confeccionando aquellas impresionantes alfombras florales para el paso bajo palio de la Santa Custodia.
Fieles y vecinos del antiguo barrio marinero de A Moureira arroparán con su presencia, como lo vienen haciendo  todos los años, el paso del Viático, una cita religiosa que por tradición y significación forma parte de la historia local de Pontevedra. En el video, abajo, la procesión del 2013.

lunes, 21 de abril de 2014

Fóisenos Alfonso.

O batín de Alfonso, a vella cámara e a silla de "palco" instantánea típica da nosa Pontevedra de entón. Foto: "Pontevedra o día que perdemos o mar"/Victor F. Freixanes-Xoán Vilar Cardona.
En plena semán de fe e recollemento o corazón de 88 anos de Alfonso González, o último fotógrafo de As Palmeiras deixou de latexar. No meu recordo sempre quedarán eses "persoaxes" vestidos con batíns azuis e vellas cámaras de cabalete que se poñían na entrada de As Palmeiras, ao lado daquela enorme farola, e que inmortalizaban a todo o que se sentara naquelas vellas sillas de "palco" cunha saba branca como fondo. Alí nas súas instantáneas ao "minuto", como dicían, aínda que sempre erán máis tempo, che sacaban a tira de catro fotografías tamaño carné e que gardabas molladas nos bolsillos dos pantalóns despóis de ter pasado polo cubo con auga que colgaba dos cabaletes. Nesas Palmeiras onde se poñían os "minuteiros" tiña o seu negocio Alfonso. Toda unha vida dedicada como fotógrafo de rúa e que para moitos xa forma parte dese rincón de Pontevedra na que de nenos visítabamos sempre coa roupa dos Domingos. Ao lado da histórica terraza valada do "Branco e Negro" é xunto a outros personaxes de Pontevedra como eran/es Dimas o heladeiro de "La Orensana", Herrera e a súa muller, os vendedores de "barquillos", o "Matagusanos" ou a "mona" das Palmeiras conforma unha estampa típica da Pontevedra da miña nenez. Descanse en paz para sempre Alfonso o último minuteiro.

Alfonso no seu "posto" de traballo ao lado da enorme farola que había na entradas das Palmeiras e cando a "vorágine" dos coches inundaba todos os rincóns de Pontevedra.

domingo, 13 de abril de 2014

O Domingo de Ramos día de estreno.

Co meu irmán e como mandaba a tradición, coa
palma na man, ropa de estreo e zapatos charol.
Agora xa non é como cando nós eramos nenos e os días antes do Domingo de Ramos os pasabas probando a roupa que ías estrear na Praza de Ferrería que por aquél entonces convertíase nun auténtico "salón de moda". Todos temos no album de fotos familiar esa imaxes de punta en branco, zapatos de "charol" e a palma na man que inmortalizaban aqueles fotógrafos de rúa, antes da bendición, desde o adro de San Francisco. Despois ías a pegarlle á burrita, aínda que moitas veces, case sempre, lle dabas a Diego, veciño meu na calle San Sebastián e que traballaba para Juan no "Bar Coral" e que era o encargado de tirar da imaxe do Cristo na Burrita polas rúas antigas de Pontevedra. A Libraría do "Orellas", en fronte das Ruínas, pasábanse toda a semana confeccionando aquelas palmas ornamentadas e que poñían á venda asi como a entrada da Praza do Pescado ou a Ferrería convertíanse nunha exposición delas. A televisión, en branco e negro, nos inundaba con longametraxes de películas sagradas como "Ben Hur", "Los Diez Mandamientos", "Quo Vadis", a "Túnica Sagrada", ou máis de andar por casa como "Fray Escoba" ou "Marcelino Pan e Viño". A música estaba prohibida a non ser que fose "clásica", dos "guateques" nin falamos, e o venres a carne nin probala non fora a ser que acabaras no inferno. No barrio, os amigos, entre os que se ían á "aldea" e outros de vacacións, quedábaste só e non tiñas máis remedio que pasar o tempo vendo as Procesións. Menos mal que pronto chegaba o Luns de Pascua para ir de romaxe a San Cibrán e acabar a "pedradas" coa a Ermida. Abaixo, o video que fixo a Xunta Coordinadora da Semana Santa e realizado por Miguel López sobre a "Pasión" a través dos anos en Pontevedra.

domingo, 30 de marzo de 2014

Guía de Pontevedra en 1948.

Gracias a Antón Babío, un buen amigo, un enamorado de Pontevedra, por cederme esta auténtica joya en forma de guía que se editó hace 66 años en una de las históricas imprentas que había en nuestra ciudad, la de Sabino, Gráficas Torres. El cuadernillo de 90 páginas y realizado por Ediciones Céltiga hace un recorrido por la actividad comercial e industrial de la ciudad en 1948, asi como también de la profesional. También, a través de sus páginas, podemos disfrutar de la Pontevedra turística y sus alrededores. Lo dicho, una joya.

PINCHAR EN EL ENLACE PARA VER EL PDF DE LA GUIA:
http://www.vellapontevedra.com/archivos/guiadepontevedra1948.pdf


lunes, 24 de marzo de 2014

La "Estación Vieja" de Campolongo.

A veces ojeando el periódico nos encontramos con auténticas joyas de nuestro pasado como la imagen publicada, ayer domingo, en el Diario de Pontevedra y aunque el autor del artículo (Ramón Rozas) no lo dice, podemos ver antes de su demolición a finales de los sesenta, la que fuera Estación del Ferrocarril de Campolongo situada en lo que es hoy en día la parada de autobuses a Marín en la Plaza de Galicia. Al fondo se ve un trocito (para situarse) del puente de la Avenida de Vigo y sobre el comienzo de la calle Eduardo Pondal.

Foto: Camilo Gómez/Diario de Pontevedra.

viernes, 7 de marzo de 2014

Vámonos a Marín.

El "trole" llegando a la parada de la"estación vieja" de Pontevedra (Plaza de Galicia, hoy).
Detrás dejábamos aquellas caminatas hasta la bajada de San Roque, muchas veces con el paso a nivel impidiéndonos el paso ya que llegaba desde la estación "vieja" el convoy de hierro que se dirigía al Puente de la Barca por el talud del Paseo de Colón. Ya en las Corbaceiras, en el que fuera famoso puerto de Pontevedra, cogíamos las motoras "do coxo" para dirigirnos hasta Lourido, una de las playas de la villa y, como antes lo habían sido la de Lourizán, Placeres y A Puntada.

Playa de Lourido. 1967.
Niños jugando en el manantial de Portocelo. Foto/20Minutos.
Eran los años sesenta y ese recorrido en barcaza por la desembocadura del Lérez convertido ya en Ría hasta Lourido creo que está en los recuerdos de cientos de pontevedreses. La motora dejó paso al trole a finales de esta década y los viajes en el bus eléctrico hasta Marín se convertían en frecuentes con la llegada del verano. Riadas de pontevedreses nos dirigíamos como si de una excursión se tratara desde la parada de la Alameda de Marín y bordeando en todo su recorrido la Escuela Naval Militar hasta las Playas de Portocelo y Mogor. Los domingos, en casa, eran "día de comida" donde las tortillas de patatas y los filetes hechos por mi abuela eran devorados sin dejar rastro en plena playa. Era la niñez y alli nos juntábamos además de mi familia, tíos, y primos, muchos amigos de Pontevedra  que teníamos las playas marinenses como "lugar" de veraneo durante la época de las vacaciones escolares.

Ya en la infancia y cuando no había partido en Pasarón, coger el trole toda la rapazada de la Rúa Nova en la "estación vieja" de Campolongo camino de los Cines de Marín eran muy frecuentes. Las salas del "Avenida" y el "Quiroga" en las sesiones de tarde dominicales eran visitados por nuestra "pandilla" para ver las películas de los "domingos". Malos recuerdos tengo yo de una jornada en el "Avenida" donde se me ocurrió tomar en el bar del cine un "bocata" de mejillones, de los de lata grande, que tenían abierto encima del mostrador todo el día. Mala noche pasé yo "potando" de un lado a otro de la cama y creyéndome que era el fin de mis días y, es que, en ese tiempo había fallecido la primera mujer de un vecino de la Rúa Nova de Abaixo, Enrique, que fuera carpintero de la Escuela Naval y que yo había oído que se había muerto por comer mejillones en mal estado, claro que lo bueno fue que estuve una semana sin ir a Cervantes, mi colegio. Ya con "pelos no peito" la "maravillosas "verbenas de las Fiestas del Carmen, haber si podías pillar cacho, y los bailes del "Vergel" estaban a la orden del día y, como no, los bailoteos en la sesión de tarde de la discoteca Chapí, muy de moda a finales de la década de los setenta.

Vieja postal de la Escuela Naval Militar de Marín.



viernes, 28 de febrero de 2014

O primeiro Ravachol.

Xa van para 30 anos do primeiro Ravachol. O que empezara coma un desfile de verán nas rúas organizado pola Discoteca Shiva convertiuse tres décadas despois no que coñecemos como o Entroido do Ravachol en Pontevedra. Grazas a Pepe Shiva e aos colaboradores da histórica discoteca pontevedresa miles e miles de xentes viven o carnaval desde entón polas rúas da nosa vila. Nos videos de abaixo filmados por Nano Besada pódese ver como foi o primeiro Ravachol vivido no 1984.



domingo, 23 de febrero de 2014

A Xunqueira na década dos 60/70.

Secuencia de imaxes onde se pode ver a evolución da Xunqueira desde 1960 ata o 1975. No primeiro ano da década dos 60 o Concello de Pontevedra solicita ao Ministerio de Obras Públicas, quen é quen ten a tutela da Xunqueira, unha autorización para desecar a zona e ocupar os terreos asi coma a construcción dun dique. Coa construcción do Pavillón e o primeiro Colexio Público, a Xunqueira será destinada, nos setenta principalmente, a equipamento escolar.

1960.

1962.

1963.

1963.

1968.

1971.

1972.

1975.




lunes, 17 de febrero de 2014

¡Qué viene la Jabalina!

La Jabalina en una imagen de 1953. Foto: La Voz de Galicia.
¡La Jabalina!, ¡Que viene la Jabalina!. La rapazada que entre los años cincuenta y sesenta vivía en el barrio de O Burgo veía pasar prácticamente a diario a un personaje que, sin pretenderlo, infundía temor.
Era una mujer de larga figura -a los niños nos parecía casi gigante-, vestida de negro de la cabeza a los pies, de aspecto desaliñado y siempre cargada con un saco a modo de hatillo en el que se suponía que solo llevaba enseres personales, pero que se prestaba a que fantaseásemos con su contenido.
Adelina, La Jabalina, tenía un paso lento y cansino y su aparición era de las pocas cosas que perturbaban la tranquilidad infantil en el barrio. Eran tiempos de pasar todo el día en la calle, en caminos y huertas traseras, como la del señor Julio, el cuidador del campo de Pasarón y tío de Ufarte... De jugar al trompo, al pincho, a la pelota en medio de la carretera, a tirarse por cuesta en carrilana, en bicicleta o en triciclo, sin manos o con los pies en el manillar cual artistas circenses, con el riesgo de acabar en el Santa Rita para que te cosieran la ceja, el mentón o la rodilla. No conozco a nadie de la época que no tenga al menos una o dos cicatrices de «guerra».
El tráfico tampoco era un problema en la carretera de la Coruña, hoy avenida. El trolebús que iba a Lérez, uno o dos coches cada cinco minutos o diez minutos, las Velosolex, vespas, motocarros y las camionetas de reparto. Nuestras preferidas eran la de Fis-Fas y Boy -los refrescos del momento- y la del hielo, en las que siempre conseguías arrancar algún trozo de las barras para chupar como un helado.

Trasiego hacia Pasarón antes del partido. Foto: Rafa.
La monotonía solo se rompía los domingos de fútbol en Pasarón. Entonces, el trasiego de coches y gente hacia el estadio se convertía en un espectáculo que los vecinos que no iban al campo contemplaban desde los balcones.
Este era el barrio por el que veíamos pasar a diario a la Jabalina. Por las mañanas, camino del pueblo -como se denominada en el extrarradio al centro de la ciudad- , y por las tardes, de vuelta a Lérez, donde al parecer vivía esta mujer, aunque en realidad era natural de la parte de Verducido y Xeve, por donde también deambulada.
Aparecía siempre de repente y de manera silenciosa, sin articular palabra y sin meterse con nadie. Era inofensiva, pero su mera presencia espantaba a la chavalada, que corría a esconderse en los portales escaleras arriba o a refugiarse en las tiendas de Magdalena, de Jesús o de Marcial, donde por una peseta te daban cuatro caramelos Sugus o dos tofes de la Viuda de Solano, de aquella un artículo de lujo.
Especulábamos con que Adelina vivía en una siniestra cueva, que en realidad era una casa de planta baja. Y cuando no la mentaban para conseguir que te portaras bien, los mayores contaban que era «gente de bien», con recursos, pero que por circunstancias de la vida «perdió la razón». O eso hizo creer a todos. Igual era una incomprendida, una inconformista o una antisistema que optó por encerrarse en sí misma y vivir al margen de la sociedad de la época.
También decían que bajo aquella imagen de mujer desaliñada y sucia, se escondía un rostro que en su tiempo debió de ser atractivo. Nunca la tuvimos tan cerca como para mirarle la cara, que además la solía llevar semitapada. Solo vislumbramos a distancia sus grandes manos y pies.
La Jabalina era uno de los muchos personajes de la vieja Pontevedra que se salían absolutamente de lo normal y que contrastaban con otros más divertidos y curiosos de un paisaje cotidiano superado, pero que permanece en la memoria colectiva de esta ciudad. Solo es cuestión de recordar.

Artículo publicado en "La Voz de Galicia" por Elena Larriba.

martes, 11 de febrero de 2014

El puente de La Tablada.

Imagen de hace más de 100 años de "La Tablada", el puente que había en lo que conocemos hoy en día como calle General Rubin y que da salida al rio Gafos, canalizado en 1971, en su recorrido por el barrio de Campolongo. Con la foto de "Google Earth" vemos el antes y el después irreconocible de la zona.


miércoles, 5 de febrero de 2014

Vista aérea de Pontevedra en 1960.

La Pontevedra de hace 54 años, la de los dos puentes. El tren aún cruzaba la ciudad por Reina Victoria y el Paseo de Colón. Las Moureiras sin "tocar", apenas edificios en construcción, y, los que hay, con poca altura. Al fondo" O Burgo" y "A Xunqueira" todavía en estado salvaje, hoy toda esa zona ocupada por los campos de fútbol, los colegios y las facultades.

Enlace para ver la foto ampliada: http://imageshack.com/a/img198/8204/jiue.jpg

jueves, 30 de enero de 2014

A Bombonería Marilé.


Arriba Daniel Pirelo e o seu fillo Ricardo no negocio
familiar a principios dos cincuenta. Abaixo, montados
na bicicleta, Ricardo e María José na rúa do Oliva,
pasando por diante de Casa Viñas (primeiro plano) e
deixando atrás a "El Globo".
No número 16 da pontevedresa rúa da Oliva vivia Daniel Pirelo e a súa muller Virginia, ocupaban o primero e segundo piso xunto cos seus fillos, María José, Daniel, Ricardo e Chicha. Formaban o "clan" dos Pirelo, apelido moi coñecido na historia popular da nosa cidade e, sobre todo, no Libro de Ouro do Pontevedra Clube de Fútbol. En 1950 no baixo da casa, no portal, o pai montaba a Bombonería Marilé, que era como se lle conoñecía nos primeiros meses de vida do "quiosco" ata que pouco a pouco foi quedándose en a Bombonería de Pirelo. Así a coñecín eu. Aquel portaliño co seu mostrador de mármol e a sua balanza ao peso para a venta de bombóns Suchard, Nestlé ou Valor, e cheo de aquelas bolsiñas pechadas con celofán xa preparadas con amplo surtido, ou as caixiñas redondas e que eran de cor roxo repletas de dulces e que ocupaban a estantería da esquina do pequeno negocio familiar. Moitos anos pasando por diante da de Pirelo camiño das "sesións infantis" e encher os bolsillos con pipas ou caramelos para ver a película dos domingos no Teatro Cine Malvar.

María José na "Bombonería Pirelo" ata 1990, ano do seu peche.
Víviamos na Pontevedra en branco e negro. Eu, na rúa San Sebastián, xunto con toda a rapazada da Verdura e da Ferrería, estábamos todo o día na rúa, a televisión apenas existía. Os partidos de fútbol na Ferrería coas pelotas Gorila, xogar a "polis e cacos" entre as columnas da Verdura ou a "varanda" despois de misa estaban a orde do día. O Carrillo de María ou o posto de Papiri nos soportales eran onde nos gastabámos a paga dos domingos, e o que podía ata se permitía o luxo de comprar na pastelería de "Prieto" en Manuel Quiroga ou, vistar a da "Duquesita" na Praza da Peregrina, claro que o presuposto non daba para moito. A min dábanme 5 pesetas, das de antes, e con ese diñeiro tiñas que ir ao cine e o que sobraba gastalo no que poideras.

Pantalla do Cine Malvar onde os domingos eran as "sesións infantís" e que os rapaces de entón enchíamos para disfrutar das películas. Foto Pintos/Museo de Pontevedra.


O "Malvar" era a nosa casa dos domingos, non quedaban butacas libres nas sesión infantis das tres e media e claro, non podía faltar o ruido das pipas, as palomitas, as bolsiñas de carameliños ou o chicle que logo pegabas debaixo dos asientos.  Visita obrigada era, antes de ver a película, entrar na de Pastelería de Capri e comprar a bolsa dos "besitos" que che daban 10 por unha peseta a pesar de non saber que raio era o que comías ainda que había a lenda (certa, o mesmo que das trufas) de que eran todos os restos da bollería que lle sobraban aos pasteleiros e que aplastaban en forma de "galleta" para poñela á venta, claro que por unha peseta tampouco nos queixábamo moito entón.

A entrada da rúa Oliva (ou final), ainda con semáforos, ao fondo
na Praza da Peregrina, negocios históricos de Pontevedra como
"Pedrosa" ou a pastelería "A Duquesita".
O negocio familiar dos Pirelo que empezara chamándose "Bombonería Marilé" mantívose na rúa da Oliva 40 anos e, coma todo, o progreso fixo que desaparecera en 1990. Tamén na mesma rua enfrente das oficiñas de Correos tiñan o "Bazar Castillo" que colindaba coa Librería Papelería de Luis Martínez Gendra e que o atendía a irma de María José, Chicha, pero iso o contaremos noutra ocasión. Soio me queda desde aqui darlle as gracias a María José, primeiro, por cederme unhas verdadeiras xoias en forma de imaxes, e segundo, por facerme volver a recordar a verdadeira historia da nosa vila, á de as súas xentes.


O "Carrillo de María" na Ferrería,  xa convertido en quiosco, e o posto de "Papiri" nos Soportales foron "proveedores" dos nenos dos sesenta e setenta. (Fotos: "Pontevedra, o día que perdemos o mar". Victor Freixanes/Xoán Vilar).

miércoles, 29 de enero de 2014

Pontevedra en cor.

Secuencia de imaxes nun video onde se pode ver a cidade de Pontevedra como era nos anos de finais dos sesenta e a década dos setenta a través das impresións que os editoriáis editaban en tarxetas postais e podíanse encontrar en calquera establecemento local como "souvenir" turístico da nosa vila.

jueves, 23 de enero de 2014

Flora.

No me equivoco si digo que casi todos pasamos por la tienda que había en la Virgen del Camino a comprar ese producto de última hora que se nos olvidó. Los domingos por la mañana solía haber grandes colas en la entrada de la tienda de Manolo para esos tomates o esos pimientos que nuestro guiso necesitaba. Local a la antigua usanza, al peso, como las que había en cada barrio hace 50 años, y de fiar y anotar de toda la vida. Ahí, junto a Manolo, su mujer de siempre, Flora a la que recuerdo de siempre atendiendo con simpatía a todos los que fuimos sus clientes. Desgraciadamente nos dejó en el 2013 pero seguro que por ahí arriba, en el cielo, tienen su rinconcito Flora y Manolo para atender a toda su gente.


En la imagen de arriba, Flora atendiendo a sus clientes. Abajo, Manolo.

sábado, 11 de enero de 2014

Calzados Felipe "honrando" a San Crispín.

Yo creo que todos conocimos el comercio de calzados que había casi finalizando los Soportales y creo también que casi todos llevamos alguna vez zapatos de "Felipe". En 1952 todos sus empleados con su "jefe" a la cabeza se hicieron la "instantánea" que ilustra esta entrada en una de las terrazas más concurridas, entonces, como era la del Café-Bar Savoy en la pontevedresa Plaza de la Herrería. Alli dieron buena cuenta del aperitivo en honor al Patrón de los Zapateros "San Crispín" y previo a la comida que luego se celebraría en el bar de la Estación del Tren de Campolongo. Inmortalizados para la foto están (de izq. a derecha) José Luis Ageitos, al lado de éste en la mesa de delante, Brañas; detrás, delante del primer camarero, Joaquin y Pepiño; agachado, bajo el segundo camarero, Felipe el limpiabotas que le estaba dando "lustre" a los zapatos de Don Felipe Fernández Moldes, dueño de "Calzados Felipe" y a su lado, José Luis Enguidanos y Jose Méndez. Lo camareros (¿Vicente y Emilio?) seguro que alguno se acuerda y nos confirma los nombres. Gracías a Ageitos por cedernos la imagen y poder recordar parte de la historia popular de Pontevedra.


miércoles, 8 de enero de 2014

Carlos Saburido.

Ya van para 22 años desde que nos dejó Carlos Saburido. Siempre que nos juntamos en tertulia los antiguos "futboleros" en la conversación sale la figura del que fuera "gran delegado" del Pontevedra CF. En mis recuerdos con Carlos mi primer "cheque" cobrado por ganar un partido con el Pontevedrés en Pasarón y y como Saburdio metía el talón en aquélla máquina Olivetti que tenía en su minioficina de Benito Corbal y como tecleaba en aquel recibo del Banco de Madrid: "Páguese al portador la cantidad de 500 pesetas". Faltó tiempo para bajar del primer piso hasta la calle Daniel de la Sota donde estaban las oficinas del Banco y cobrarlo. Otra vez cuando tuve un "problemilla" con el bueno de Carolo, entrenador entonces del Pontevedrés, y éste me echaba del entrenamiento diciéndome "pásese mañana por el Club y hable con Saburido". Al día siguiente, esperando la gran bronca o temiéndome lo peor ─ pensaba que me iban a echar─ , recuerdo como Carlos me cogió del hombro y bajamos hasta la oficina "extraoficial" del Club, la Cafetería Beirut", que estaba enfrente de la casa granate, en la entrada del Cine Victoria y alli, tomándonos un par de cafés, comenzó a hablarme de lo que esperaban de mi, que era una gran promesa y que tenía mucho futuro en el Pontevedra. Al final salí de la reunión con la autoestima por los aires y queriéndome comer el mundo. Pena que no lo hiciera caso a Carlos Saburido y tan solo quedara en eso, una promesa. Se le echa de menos, por los menos tal como anda el rumbo de la entidad granate.

Carlos Saburido (izquierda) entregando un trofeo al jugador granate Gabriel (centro) en presencia de Rafa, hijo del que fuera gran fotógrafo pontevedrés Rafa Vázquez.