jueves, 28 de agosto de 2014

"El sueño americano de John Balan", 1983.

El programa "Vivir cada día" de Radio Televisión Española emitió en abril de 1983 el documento "El sueño americano de John Balan", dirigido por Ángel Peláez con apoyo de los cámaras José Delgado y Manolo Yáñez y Andrés Cana, Óscar Danés en sonido e Iván Aledo como montador. La banda sonora y el tema "La balada de John Balan" fue compuesta por Luis "Queimada". En el docudrama, después de contarse la historia y la vida entonces de John Balan en Pontevedra y Seixo, Angel Peláez consiguió cumplir el sueño de toda la vida del marinense que era conocer América. Durante semana y media se rodaron secuencias en Nueva York en la Quinta Avenida, Broadway, Central Park, el mítico, por entonces local de country Lone Star, donde John se atrevió a subir al escenario, un increíble y surrealista paseo en helicóptero sobre Manhattan y la Estatua de la Libertad etc.



En Washington nuestro cowboy, después de visitar el Capitolio y el cementerio de Arlington intento sin éxito ser recibido en la Casablanca por Ronald Reagan. El viaje para Balan, según contó al volver Angel Peláez, fue agridulce: "disfruto enormemente durante todo el rodaje pero cuando se acercaba el momento de regresar a Pontevedra me dijo que él se quedaba allí, que se estaba dado cuenta de que había desperdiciado su vida como artista en Galicia y que Nueva York “era la autentica patria de John Balan”. Tuve que poner en marcha todas mis dotes de persuasión para convencerlo de que tenía volverse con nosotros. Creo que a la vuelta de América John ya no fue nunca el mismo y siempre me quedará la duda de si realmente fue una buena idea el haberlo llevado a América porque, sabido es que la mayoría de las veces los sueños cuando se hacen realidad dejan de ser sueños".
Sus últimos años los pasó por culpa de una enfermedad en el Asilo de Ancianos de Pontevedra y en 2008, desgraciadamente, nos dejó este "gran comedor de fanecas". Gracias a Manolito Yáñez, como siempre, por cedernos esta obra maestra.

jueves, 14 de agosto de 2014

"La gran truchada", Sabino Torres.

Sabino Torres, Pontevedra, 1924, da Rúa Nova de Abaixo, membro da Real Academia Galega. Iniciou a su andaina periodística en Pontevedra no 1943 con Emilio Canda e Celso Emilio Ferreiro. En 1949, coa colaboración de Manuel Cuña Novás e Emilio Álvarez Negreira editou a colección poética Benito Soto, do que foi o seu primer director Celso Emilio Ferreiro. En 1992 fundou xunto a Álvarez Negreira a colección poética Hipocampo. Tamén é fundador, xunto con outros pontevedreses, do semanario "Litoral", ademáis de escritor tamén foi impresor no seu taller da pontevedresa Rúa de Don Filiberto "Gráficas Torres".
A cortometraxe, “La gran truchada”, rodada en 1959, en branco e negro é totalmente muda e intenta emular as antigas películas dos anos vinte, onde a expresividade e o humor son os principáis ingredentes. Reflexa a un xoven Sabino na súa cidade natal, cun grupo de amigos aos que lles conta as suas experiencias coa pesca con imaxinación e inxenio.
So queda darlle as grazas a Manolo Yáñez por permitirnos disfrutar desta verdadera xoia rodada fai más de 50 anos.



domingo, 3 de agosto de 2014

Calzados Isidoro.

Las "verduleras" en sus puesto de la plaza. A la derecha, haciendo esquina, la Cerería de Paz.
Isidoro en la furgoneta de la tienda
Vivíamos en la calle San Sebastián, en una casa enfrente de lo que es hoy el Bar Alejos y que desde hace muchos años ocupa una Sastrería. En ese bajo, humilde, vívía con mis abuelos, mi madre, mi tía Marisa y mis hermanos. Soy de la generación que inauguramos la Enseñanza General Básica, la EGB de toda la vida. Mi colegio era el de Don Manolo Abalo, la Academia Cervantes que estaba en la Plaza de Méndez Núñez. Allí rivalizaba con el colegio vecino, el de Buela, recuerdo el "pique" que había entre las clases que daban a la plaza para ver quien "cantaba" más alto la tabla de multiplicar. Los primeros años tenías que acudir al colegio hasta los sábados. Había clases toda la semana mañana y tarde y el último día, aunque era de 10 a 12, había que asistir. Éste día era siempre mercado en la Plaza de la Verdura y los vendedores ambulantes llegaban temprano a la plaza para ocupar sus puestos. A la salida del "cole" recorrer el trayecto desde la tienda de Juanito en la cuesta del Mercado y la Cerería de Paz, haciendo esquina con la Verdura, era bastante complicado, mucha gente se arremolinaba alrededor de los vendedores  ambulantes, donde los "charlatanes" intentaban venderte la excelencia de sus productos, el mejor el de las "espumaderas" que siempre acababa haciendo rosquillas y ofreciéndoselas a sus clientes. Ya en plena Plaza las "verduleras" y "meloneros" se mezclaban con la actividad económica de la plaza, allí Frutas Rosales, la carnicería de Digna, las lanas de Carmiña, la ya mencionada Cerería de Paz, la Cestería de Ramón, la "Mueblería" de Manolo y la de Calzados Isidoro.

Isidoro junto a su mujer Fidela
Fidela y su hija Pili, en la actualidad delante del
negocio que fundara Isidoro a finales de los
cincuenta.
Cincuenta años despúes todo aquel maremagnun de gente que se acercaban todos los sábados para comprar han sido sustituídos por mesas y sillas de los locales que ahora hay y la actividad comercial se ha visto reducida a tan solo dos comercios que han logrado sobrevivir, Frutas Rosales y Calzados Isidoro. De Rosales siempre me acuerdo cuando dejaban aparcados los camiones llenos de mercancías en la calle Sarmiento y de vez encuando se "nos iba" la mano hacía alguna fruta y a Isidoro, siempre lo recuerdo porque entonces sus hijos formaban parte de la rapazada de la Verdura. Isidoro Martínez que estaba casado con Fidela y que además de vender calzado formaba parte de la Orquesta Montes. Alli en los soportales, a la derecha según se bajaba de San Román por el lado de la tienda de Carlota, tenían el negocio y su DKV. Muchas veces íbamos con él a tirar todas las cajas vacías a la escombrera que había en Monteporreiro y, otras, nos llevaba a casi toda la plaza hasta Lourido para disfrutar de una tarde de playa. Toda una aventura ir en la vieja furgoneta de Isidoro que siempre tenía aparcada delante de su negocio en la Plaza de la Verdura.

Isidoro, a la batería, además de vendedor de calzado, tocaba con la Orquesta Montes. En la imagen "amenizando" la boda de su hijo con el Grupo California, a la izquierda Fredy, de los Black Stones hoy. Detrás de Isidoro, Jorge.
Junto al árbol, la vieja DKV de Isidoro.
Sus hijos Jose, Pili, Fidela e Isidoro conformaban los compañeros de juegos de entonces en la Plaza y junto con Javier Carballeda, Fernando Papiri, Jose y su hermana Ana, "El Secre", Carliños, Joselito, José Ramón, los Simal y sus primos los Coromoto nos pasábamos tardes y tardes jugando delante del "porche" que había entre la que fuera Casa de la Luz (entonces de las aguas) y la fuente de hierro. Alli el Brilé, el Pañuelo, el Peletre, el trompo, las bolas o el "quedas" formaban parte de nuestra niñez aunque, los chavales teníamos otro tipo de aventura también, como ir con los mayores a pillar sardinas a la Plaza del Mercado y luego, tras atravesar el puente de hierro del tren, ir a asarlas a la "pica" de la Caeira.

Hace poco se creó un grupo de Facebook que respira Pontevedra por todos lados, "No eres de Pontevedra si..." y donde me he reencontrado con gente que fue de la Plaza de la Verdura y que hacía más de cuarenta años que no hablabla con ellos, pero lo curioso es que me he encontrado con los nietos de Isidoro y he vuelto a revivir lo que fuera la "calle"de mi niñez. Claro que siempre me quedará mi amigo del alma Javier Carballeda pero es que las batallitas que nos contamos a pie de Ferrería sobre nuestra plaza han dado paso a "falar" de nuestros nietos.. y, es que somos abuelos.